sábado, 9 de junio de 2012

LES FOCES DEL PINO. 12 DE MAYO 2012.

“Coged las rosas mientras podáis
veloz el tiempo vuela.
La misma flor que hoy admiráis,
mañana estará muerta...”

Walt Whitman


¡Aqui podeis ver los mapas de la ruta amigos! Duración de la etapa que nosotros hicimos: unas 3 horas. Recorrido: Salida del Pino, llegada a las Foces y vuelta al punto de partida.

Featuring: Rosana, Rony, Sandra, Nacho, Nuria, Tono.


El peligro de escribir sobre una ruta por Asturias semanas después de haberla realizado, es que al revisar las fotos en la cámara, ves que allí aparecen muchas imágenes con innumerables verdes y pardos, amarillos y azules. Colores que inundan la geografía de esta región. Así que mi primer consejo seria clasificar bien las fotos para evitaros dificultades en la presentación de diapositivas que haréis a vuestros amigos después de que estos ya no tengan excusas para  aplazar más su visionado y tengáis que amenazarlos con romper la amistad.

  
Otro consejo es llevar ropa cómoda que podréis encontrar en alguna tienda del ramo, aunque debéis evitar en la medida de lo posible acabar en esa cadena de tiendas con nombre de prueba de atletismo,  ya que estamos en contra de sus bastones extensibles. Tampoco debéis ir en chándal ya que después hay que parar a comer y esta es una prenda que solo recomendamos para  practicas deportivas como el ajedrez.


Llegamos al lugar muy temprano, a eso de las doce del mediodía. Al aproximarnos al inicio de esta ruta pasamos por Llanos, en el concejo de Aller, lugar en el cual se celebraba el festival Parrilla Rock.  Mientras desgranamos los recuerdos alcanzamos el lugar en donde dejamos el coche a las afueras del pueblo El Pino, entre Cabañaquinta y Felechosa . Aunque la gente de los pueblos suele ser generosa en sus explicaciones hay que tener en cuenta dos cosas, la primera es que su concepto de la distancia es diferente y lo que son 200 metros bien pudiera ser un kilómetro. Otra es que siempre que se pueda se debe mantener una conversación con ellos ya que son la historia viviente de los lugares que habitan.



Una vez atravesado el pueblo subimos por una pista de tierra ligeramente pendiente. Esta primera parte es menos atractiva, aunque al que le gusten los árboles más que las personas se encontrara con  amigos de diversas especies, castaños, hayas y robles principalmente. A medida que la respiración se hace mas regular, la mente se aclara y la conversación fluye liviana cual arroyuelo.


Acompañados por el  sonido de los pasos sobre las hojas secas y el alegre trinar de pájaros que no pudimos identificar lo que tal vez fuesen aviones roqueros. Tampoco divisamos  mamíferos ungulados, quizás nuestra charla les ahuyento. 


El silencio y la espera suelen dar resultados así que olvídate de ver nada si eres locuaz e impaciente como es mi caso. 

Primitivo Peralta se esconde entre el follaje.

Por el camino alguna fuente. Sin renacuajos dentro, pudiera ser que la biodiversidad esta dañada y que haya demasiadas princesas y pocas ranas.






Enseguida aparece el río Aller con sus aguas de cristal que nos envuelve como una canción de Fleet Foxes. 

Esta parte es espectacular, ya que las montañas serradas encierran el cauce del río y la senda discurre paralela a este. 


Tras cruzar un puente es sentido de la ruta cambia al margen izquierdo. También atravesamos una valla de madera que parece dar entrada a un mundo mitológico ya en retroceso. Una pureza que el hombre ha tratado de imitar y que se empeña en destruir, lenta e inexorablemente. 





 Al poco llegamos a la Majada del Fondil y su vega en donde descansamos un rato. La ruta prosigue en dos direcciones para finalmente llegar a les Foces del rio Aller, por ambos itinerarios  no  hay menos de 3 horas hasta llegar a destino, si se va por  Peña Redonda la ruta tiene fuertes pendientes antes del descenso,  se eleva casi 700 metros desde el punto donde nosotros regresamos. También se puede ir por la Campera de Caniella pero la subida no se la salta un payo.  



Nosotros estuvimos mas cerca del paseo relajado entre amigos que de una seria caminata. En otra ocasión abordaremos la ruta completa. Y quizás más adelante la cara oeste del Pico Urriellu.
Hay que recorriendo los senderos para ir conociendo mejor nuestra tierra, cuyos paisajes parecen encerrar un enigma que se pierde en la memoria de nuestros abuelos.

 

Para comer fuimos hasta Ca’l Xabu en Cuerigo.  La decoración causa una muy buena impresión, paredes cubiertas por utensilios de una antigua cocina asturiana. Cucharas, potas, garcilles y una luz tamizada del exterior que ayudo a  esperar en paz la llegada de la comida, que fue tan contundente como  bien elaborada.  

 

Los primeros fueron Fababa con su alegre compango y Arroz con un pitu de caleya increiblemente bueno.  De segundo hubo lomo y picadillo con patates y cabritu. Y Tarta de la guela. Y Frixuelos. Y la de su madre. Un descubrimiento.
 

Un gran sitio al que volver y mas al descubrir allí a los hermanos Germán y Jaime, éste último que ha vuelto a sus raíces después de haber estado durante varios años al frente del Cucu Rabucu (Xixón) en donde demostró que se debe ser original mezclando los elementos de la tierra con ideas propias, sin dejarse llevar por ese snobismo tan presente en la cocina, que en vez de ir a comer parece que vas mas bien a mirar el plato. http://www.calxabu.com/